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Lo que en un inicio fue un gesto espontáneo para consolar a una niña asustada y llorando antes de una cirugía, hoy se ha transformado en una innovadora y conmovedora estrategia que está cambiando la manera en que los niños enfrentan el entorno hospitalario y, en especial, el proceso quirúrgico.
El doctor Leandro B. Guimarães, otorrinolaringólogo en Brasil, tuvo la brillante idea de vestir a sus pequeños pacientes como superhéroes antes de llevarlos al quirófano. Lo que parece un simple disfraz, en realidad tiene un profundo impacto emocional: reduce el miedo, fortalece la confianza y transforma un momento estresante en una experiencia más llevadera y hasta emocionante para los niños.
Desde capas de Superman hasta trajes de Spider-Man o Princesas, esta iniciativa ha demostrado que la empatía, la creatividad y un toque de magia pueden marcar una gran diferencia en el mundo de la medicina pediátrica.
Batman, Flash, la Mujer Maravilla y otros icónicos superhéroes han dejado las páginas de los cómics para convertirse en aliados inesperados en los quirófanos. Gracias a las batas quirúrgicas temáticas, los pequeños pacientes ahora ingresan a cirugía como auténticos héroes, lo que transforma un momento temido en una experiencia más valiente y esperanzadora.
"No quería volver a ver a un niño entrar con tanto miedo", confesó el doctor Leandro B. Guimarães en un video que rápidamente se volvió viral. La chispa de esta emotiva iniciativa nació tras presenciar el llanto desconsolado de Allana, una paciente de apenas dos años, mientras era llevada a una intervención quirúrgica.
Desde entonces, su enfoque ha sido claro: convertir el quirófano en un escenario donde los niños no se sientan vulnerables, sino fuertes, valientes… como sus héroes favoritos. Y en ese cambio de perspectiva, la medicina también se vuelve un poco más humana.
La iniciativa del doctor Leandro B. Guimarães no solo ha transformado la experiencia hospitalaria de muchos niños, sino que también ha conmovido profundamente a miles de personas alrededor del mundo. Un video en el que se lo ve caminando de la mano con un pequeño paciente disfrazado rumbo al quirófano ya supera los 8 millones de reproducciones, acompañado por miles de comentarios llenos de admiración, cariño y gratitud por su enfoque tan humano y creativo.
Pero el impacto de su gesto ha trascendido lo emocional y lo digital: su labor fue reconocida a nivel internacional con el prestigioso “WEmbrace Awards 2025”, en la categoría “Historias inspiradoras”. Este galardón lo posiciona como un referente en el ámbito de la salud pediátrica, celebrando su compromiso por humanizar la medicina y recordando que, a veces, un simple acto de empatía puede convertirse en una poderosa herramienta de sanación.
Con esta emotiva propuesta, el doctor Guimarães no solo ha conseguido reducir significativamente la ansiedad y el miedo en sus pequeños pacientes, sino que también ha logrado contagiar esperanza y ternura a miles de personas alrededor del mundo. Su gesto, tan simple como poderoso, ha sido una muestra de que la medicina puede ir más allá de lo técnico y convertirse en un acto profundamente humano.
Miles de personas en redes sociales han compartido su admiración, destacando que, a veces, un poco de imaginación y empatía basta para cambiar vidas. Lo que comenzó como una forma de calmar el llanto de una niña, hoy inspira a todo un sistema de salud a mirar con nuevos ojos el cuidado pediátrico: más cercano, más humano y, sobre todo, más valiente.